Esta es nuestra historia

Todo comenzó cuando............


Don Bernardo Ponsol, de origen francés, funda en 1838, en la misma ubicación que aún hoy mantiene, la Casa Ponsol. Un establecimiento que comenzó como sombrerería (sombreros, boinas y toda clase de tocados para señoras). Su fundación en tan lejana fecha, la hace sin duda la tienda en activo más antigua de Donostia, la sombrerería más antigua de Euskadi y seguramente también de España.



Cuando se instala Ponsol, San Sebastián vivía los acontecimientos de la 1ª Guerra Carlista, que no llegó a su fin hasta la firma del Convenio de Vergara en 1839. Era la época en que se estaba reconstruyendo la ciudad, tras el incendio de 1813 y cuando empieza a recibir las primeras visitas de veraneantes ilustres, como la acontecida en 1830 en que, el infante Francisco de Paula (hermano de Fernando VII) y su esposa la Infanta Luisa Carlota de Nápoles con sus hijos, ya tomaron los nueve baños rituales en la playa.

Vista de San Sebastián en 1836, en el que se puede ver un puente realizado con barcazas, seguramente el de la Legión Auxiliar Británica. Grabado perteneciente al libro “Oasis, el Viaje al País de los Fueros”.

Durante los primeros años.


En la actual Plaza de Sarriegui (entonces Plazuela de las Escuelas y popularmente conocida como de la Higuera), estaba uno de las dos únicos establecimientos hosteleros de la ciudad que hubo durante la primera mitad del siglo XIX. Era la Fonda Isabel (antes de Lopetedi), a donde llegaba el carruaje de postas para dejar a los viajeros. En la misma calle Narrika, estaba también la estafeta de correos… Era sin duda, un buen lugar en donde establecer un comercio para atender a donostiarras y visitantes.



Tras el derribo de las murallas a partir de 1863, la ciudad conoce un enorme crecimiento (en 1860, 9.000 habitantes; en 1900 son 41.000, y en 1930 supera los 85.000). Casa Ponsol adquiere un gran prestigio. Hacia 1870, fallecido Bernardo, es su hijo Agapito Ponsol e Ybarzabal el que continúa con el negocio. Agapito fue concejal del ayuntamiento y siempre será recordado por ser el promotor e introductor de los célebres “tamarindos” de la Concha, cuestión que le costó muchos disgustos al ser una medida incomprendida en su momento, hasta que a los pocos años, estos arbolitos ya daban la sombra deseada y se convirtieron en uno de los iconos donostiarras más reconocidos. Entonces se consideraba que era bueno tomar baños, pero no el sol y la cabeza se cubría con todo tipo de sombreros, si no lo hacían con la clásica y tradicional boina. Esto hacía de las sombrererías una industria y comercio de gran importancia, donde el diseño, la calidad y la moda eran los referentes que daban fama a sus propietarios.

Grabado del año 1829 en el que se construye el edificio de la Alhóndiga y Escuelas Públicas en la actualmente llamada Plaza Sarriegui.Este edificio de derribó en 1950.

Paseo de la Concha.... entre 1888 y 1890 antes de que se plantaran los famosos Tamarindos que hoy la adornan.

Se ganó un gran reconocimiento y prestigio.


Agapito era un maestro en cuestiones de boinas, y el que entraba en su tienda tenía poco que decir a la hora de su elección. Era Agapito Ponsol el que de forma ritual, medía la cabeza, elegía la boina y se la calaba en su justa posición al cliente. Siempre acertaba.


En 1897 la Reina María Cristina le hace entrega del título de "Proveedor de la Real Casa" ya que fabricaba las boinas que usaba Alfonso XIII.



La fama de Ponsol era reconocida en la guía para viajeros, escrita en francés por E.Flagey en 1898, en sus consejos para comprar souvenirs: “Para comprar le béret (boina), yo iría a Casa Ponsol, a treinta pasos de la alameda, pues en San Sebastián, más que una costumbre, es una obligación cubrirse la cabeza allí (en Ponsol). Esta boina es de una ligereza y de un acabado irreprochable y tendrá la satisfacción de regalar una mercancía de primer orden y una marca realmente comprobada. El Señor Ponsol ha realizado su aprendizaje en París, lo que le ha reportado unos hábitos que seducen al cliente… Las boinas se venden desde 2 p. pero la que yo recomendaría es la que se vendía en 7 p y hoy vale 6 p., esto es 3,5 francos… Las materias empleadas son totalmente auténticas. Son bien raros los comercios que pueden adornar su nombre con estas palabras: Casa de confianza”.

Titulo entregado por la Reina María Cristina, acreditando a Casa Ponsol como "Proveedor de la Real Casa".

Sombrero de copa de Casa Ponsol del año 1900. Colección del Museo de San Telmo de San Sebastian.

Y llego José Luis Leclercq.


Es en esta época de Agapito cuando, muy joven, entra a trabajar José Luis Leclercq y Uranga, donostiarra y nieto de belgas. Pronto contó con la confianza de Ponsol, llegando a ser encargado y posteriormente socio. Al fallecer Agapito en 1922 sin descendencia, el establecimiento pasó a José Leclercq, pero conservó el nombre comercial de Casa Ponsol. Este comercio de la Belle Epoque se anunciaba como "fábrica de sombreros y gorras de todas clases y renombradas boinas", y también vendía "impermeables ingleses, capas, corbatas, chalecos de punto superiores, mantas de viaje y pieles para cuello" según reza un anuncio de la época.



A comienzos de siglo habían importado prensas inglesas y para 1914 ya empleaba 14 sombrereros y 10 oficialas. En aquella época siempre había en la casa expertos artesanos, entre los que no faltaban algunos extranjeros como el ruso Achile Nordelstein o los franceses Alphonse Duchene y Leoncio Capsenrox.



La Casa Ponsol fue la primera que vendió en España los famosos sombreros jipi-japas traídos de Moyabamba y Monte Cristil de la lejana América.

Casa Ponsol - Familia Leclercq Sarasola: Carmen Sarasola, José Leclercq Uranga, José María, Ignacio, Victoria (hermana de José) y las niñas

Anuncio de Montecristi Hats principios del 1900

Los años dificiles.


Tras la primera guerra mundial, empiezan también a vender prendas para la lluvia fabricadas con la fórmula de la Casa Macintosh Ltd. de Manchester, y con este tejido elaboraban también las esclavinas de los guardias. El negocio prospera y llega el ‘boom’ de los años "20" con la moda del canotier. Con la moderna maquinaria se llegaba a fabricar un canotier en 30 segundos.



José Leclercq casado con Carmen Sarasola tuvo seis hijos. Los varones, José Mari e Ignacio, ampliaron sus estudios en Francia e Inglaterra. José, el padre, falleció en 1930 . Ignacio y sus hermanas Karmele, Bitxori y Ángeles continuaron en la primitiva Casa Ponsol. Ignacio fue un personaje muy popular, deportista, árbitro de fútbol, profesor de francés en el colegio de Jesuitas y miembro de la Unión Artesana, en donde fue Tambor Mayor durante muchos años.



Durante la guerra civil, la tienda fue incautada por Falange, que aprovechó sus instalaciones par confeccionar gorras militares, y así se anunciaba en prensa: "Antigua Casa Ponsol. Confección de gorros para el Ejército, Falange Española y J.A.P. (Juventudes de Acción Popular), Boinas para Requetés y Renovación y toda clase de sombreros".



La familia Leclercq consiguió, no sin dificultades, que les fuera devuelto el negocio tras acabar la contienda

Documento enviado por Societe Industrialle de la Cellulose a Casa Ponsol. Durante los años que estuvo incautada por La Falange Española de las J.O.N.S. Año 1936

El Bulevar y en primer plano el Mercado de la Brecha

Y después de todo, aquí seguimos.


Pasan los años y la moda del sombrero decae, pero Casa Ponsol logra superar estas difíciles etapas, a base de trabajo e imaginación, manteniendo el establecimiento con el sabor señorial de antaño y la funcionalidad actual.



En 1952, Iñaki Leclercq Díaz, (hijo de Ignacio) y su esposa Pilar García Zurbano se hacen cargo del negocio y el comercio que entonces languidecía, cobró nuevo impulso. Ellos procedieron a la restauración de todo el mobiliario, así como de las magníficas vidrieras que se encontraban muy deterioradas por el paso del tiempo, quedando un comercio con una de las decoraciones más bonitas de la ciudad.



A partir de 1980 el sombrero, aunque no con la fuerza de antes, inicia una recuperación significativa y Casa Ponsol, dedicándose también a la comercialización de ropa de caballero, sigue siendo un referente de moda y calidad en la ciudad y el destino preferido para los usuarios de la tradicional “txapela”.



En la actualidad, la responsabilidad de Ponsol la tiene Iñaki Leclercq García, cuarta generación de los Leclercq que atiende el comercio más antiguo de nuestra ciudad.



Es de agradecer a toda la saga Ponsol-Leclercq la conservación de la magnífica decoración decimonónica con el mostrador original, los anaqueles y vitrinas, así como las espléndidas vidrieras firmadas por "De Taffe, Bruxelles 1893". Un verdadero patrimonio para todos los donostiarras llevemos sombrero o no.

Sombrereria Casa Ponsol Fundada en 1838 La mas antigua de España

Interior de nuestro establecimiento.

Sombrereria Casa Ponsol Fundada en 1838 La mas antigua de España

Exterior de nuestro establecimiento.

Y aquí os esperamos.

Sombrereria Casa Ponsol Fundada en 1838 La mas antigua de España

Exterior de nuestro establecimiento.

Sombrereria Casa Ponsol Fundada en 1838 La mas antigua de España
Sombrereria Casa Ponsol Fundada en 1838 La mas antigua de España